Hace dos días acabé esta novela de Muñoz Molina. No es usual que comente libros en este espacio pero esta vez no he podido resistirme. Sobre todo, porque me ha parecido una lectura magistral.
La noche de los tiempos es una novela ambientada en el Madrid del 36. Es un libro para leer con calma, largo y muy bien escrito. Es una novela de amor, un amor condicionado por la situación social y familiar de los personajes en medio del ambiente enrarecido y previo a la Guerra Civil Española. El autor hace que entres en ese mundo, que te pongas en la piel de las personas que vivieron aquel desastre. Ha sido, sin duda alguna, uno de los mejores libros que he leído.
Permitidme que trancriba aquí algunas líneas. Espero que Muñoz Molina no me pida royalties a cambio...
En la guerra nadie entiende nada. Los que parecen entender algo son los más farsantes de todos, los más dementes o los más peligrosos...
...nada de un ejército y otro y una batalla con avances y retrocesos y luego suena una corneta y se ha acabado todo y hay que recoger a los muertos. En la guerra no sabe nadie lo que está pasando. Los militares profesionales fingen que lo saben pero no es verdad. A lo único que han aprendido en el mejor de los casos es a disimular, o a empujar a otros para que vayan por delante. Estalla una bomba y te matan o te quedas desangrándote y sujetándote los intestinos con las manos, o te quedas ciego, o sin las piernas, o sin la mitad de la cara...
...nada de un ejército y otro y una batalla con avances y retrocesos y luego suena una corneta y se ha acabado todo y hay que recoger a los muertos. En la guerra no sabe nadie lo que está pasando. Los militares profesionales fingen que lo saben pero no es verdad. A lo único que han aprendido en el mejor de los casos es a disimular, o a empujar a otros para que vayan por delante. Estalla una bomba y te matan o te quedas desangrándote y sujetándote los intestinos con las manos, o te quedas ciego, o sin las piernas, o sin la mitad de la cara...
Sencillamente, estremecedor. Estremecedor y real. Como la guerra misma. Como el golpe de estado perpetrado por unos cuantos.
2 comentarios:
Hombre, sí señor, un grande, Muñoz Molina!!
Soy un gran admirador, durante mucho tiempo mi autor preferido. Con el tiempo se me ha ido haciendo un tanto cansino, en parte por ese aire no disimulado de giliprogre y de académico español poco amigo de la periferia, aunque una cosa no quita la otra y al cesar lo que es del cesar: pedazo de autor.
He de confesar que, gracias a Muñoz Molina, la literatura entro definitivamente en mi vida, hasta ese momento, con toda seguridad, podría haber vivido ocho vidas sin volver a coger un libro, a no ser que fuese necesario calzar una mesa.
Fue la primera vez que me sentí totalmente identificado con aquello que leía, pero claro, no tanto por la historia que contaba (que eran siempre apasionantes), sino cómo la contaba. Siempre pensé que si alguna vez pudiese escribir algo, querría hacerlo como Muñoz Molina. Leer a Muñoz Molina nunca me supuso ningún esfuerzo, no requería un ejercicio cognitivo extra, era un lenguaje limpio y, a la vez, muy difícil de conseguir, sino ¿Cómo consiguió llegar a una mente de primate como la mía? Pues gracias reflexiones como la que tú destacas en tu post, claras, directas, sin dobles interpretaciones. No sé, desde aquellas primeras obras no me he vuelto a sentir tan identificado con los personajes de otras novelas.
Me queda un buen regusto de las primeras obras de MUñoz Molina, sobretodo de Beltenebros y de Plenilunio, porque, además, eran novelas policíacas y es mi género preferido. Pero con el tiempo y las novelas, me he ido desenganchando. Porque me es antipático, sí, pero también porque su prosa cada vez se ha ido haciendo más densa (y más rica, seguro), cada obra tengo la sensación que se ha convertido en un ejercicio de estilo en donde cuenta más cómo lo cuenta que qué es lo que cuenta, la forma más que el fondo. Y eso, para una mente simple como la mía, es más de lo que puedo soportar.
Por cierto, hacía mucho que no entraba directamente en tu blog (siempre lo leo por otros medios) y me ha sorprendido gratamente el lavado de cara.
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