viernes, 11 de julio de 2008

INSOMNIO

Daba vueltas en la cama. El calor y la humedad de la noche no me permiten pegar ojo. Es una situación un tanto angustiante la de no poder conciliar el sueño sabiendo que en pocas horas va a sonar el dichoso despertador. Es un bip-bip que martillea mi cabeza. Mi consuelo es que ya es viernes, aunque sea de madrugada y quede toda la jornada laboral por delante.

El viernes es, sin duda, el mejor día de la semana. Es evidente que la gente está contenta. En la oficina, las caras de los compañeros están menos tensionadas, no sé si es producto de que el fin de semana asoma en el horizonte o de que el jueves noche suele haber buen rollo en las alcobas de los asalariados. Diría que ambos factores influyen por un igual.

El viernes es día grande. El pelotazo de adrenalina tiene que ver con la ilusión del porvenir inmediato. Es curioso cómo el ser humano es capaz de ser feliz anticipando el futuro. Es uno de los aspectos que nos diferencian de los animales. El hombre, como ser creador, como ente consciente de sí mismo, es capaz de anticipar situaciones. El ser humano vive el gozo de lo venidero y ese proyecto cercano, ese proyecto que cree realizable, provoca una chispa o, mejor dicho, una emoción. La emoción no es más, ni menos, que un detonante. ¿Qué detona? Pues, la acción. Y la acción, entendida como movimiento, como creación autodirigida, es la auténtica clave de la felicidad. Perdonad mi atrevimiento. Soy, por naturaleza, ser cuestionador de mi entorno y, sobretodo, persona en extremo dubitativa pero este hecho, poco a poco, va mostrándose ante mí con mayor claridad.

El pensamiento, la imaginación, las buenas intenciones, la palabra o cualquier tipo de símbolo que nos permita entendernos, son esenciales en nuestro día a día pero, todo ello, desligado de la acción, pierde gran parte de su valor. Un ejemplo: yo, como gran amante del fútbol, puedo desear ardientemente jugar en un equipo cohesionado, en un equipo en que todos vayamos a una. Y puedo hablar de ello a todo el mundo. Y puedo tratar de convencerme de que es lo mejor, y... sin embargo, si cuando me relaciono con mis compañeros soy insolidario, si sólo busco satisfacer mi interés, si no soy capaz de jugar por y para los demás, entonces ya no estoy accionando en el mismo sentido que mi pensamiento.

Es tremendamente curioso cómo creemos actuar de una manera y, por contra, cómo actuamos realmente. Y lo más sorprendente es que, en la mayoría de los casos, no somos realmente conscientes de nuestra incongruencia. La falta de conciencia acerca de nosotros mismos, acerca del propio sentir, acerca de la experiencia interna de cada uno, es lo más común en nuestro mundo. Así son las cosas. En mi opinión, nos ponemos una venda en los ojos para no sufrir. Las personas somos seres sensibles, sentimentales, con un sistema cognitivo-emocional que rodea a nuestra concepción de nosotros mismos tremendamente vulnerable. Por ese motivo, creamos escudos y nos escondemos tras ellos.Y para evitar el daño, nos encerramos, desviamos la atención, quitamos trascendencia a las situaciones conflictivas o tratamos de aplicar sentido del humor para rebajar la tensión emocional del momento. Tendemos a protegernos del entorno, de los demás. Tendemos a volvernos poco conscientes de esa autoprotección, de ese distanciamiento en las relaciones. No nos damos cuenta de nuestra falta de competencia o de nuestra falta de valor para decir lo que sentimos mirando a los ojos del otro. Es difícil hacerlo; almenos para mí.

El riesgo asumido al ser honestos es el de un posible dolor, sin darnos cuenta de que, lo que perdemos por no tomar ese riesgo, es lo maravilloso de este tinglado.

El insomnio es lo que tiene.

1 comentario:

maf dijo...

¡MAESTRO!
Ya puedes ir enseñándoles eso a tus sobrinos cuando los tengas.

Joé, como para no sentir un orgullo descomunal por ser tu hermana.

Y, por cierto, te noto muy activo por internet y poco participativo en mi blog... ¡te voy a curtir!

Ah! Y, a todo esto... que te quiero! más de lo que esas dos palabras expresan... ya sabes, la dimensión emocional del ser humano y todo eso... ;)

muaks!